sábado, 31 de diciembre de 2011

FELIZ 2012


Hace poco leí una frase que hoy quiero compartirles: “Cuando te sientas vacilante, solo da el siguiente paso”. Y es que hoy, creo que pase muchos años de mi vida queriendo bajar de peso, pero decía que nunca era el momento correcto. Siempre había posadas, fiestas, reuniones y todo tipo de eventos que hacían que pospusiera la dieta y el ejercicio para la siguiente semana.

Mucha gente me decía que por que intentaba hacer dieta en pleno diciembre, incluso decían que estaba loco, que no lo iba a lograr. Y efectivamente, no lo logre. Realmente es muy difícil nadar en contra de la marea y se me dificultó mucho hacer una dieta en medio de posadas (del trabajo, de la iglesia, de la familia y amigos) la cena de navidad y el grandioso recalentado.

Platicando con un amigo llegamos a una conclusión; diciembre se invento para subir de peso. En este año aprendí muchas cosas y la principal fue saber levantarme después de una recaída. Después de todo el trabajo y los compromisos de diciembre, mi idea original era regresar al gimnasio en enero, pero al revisar mis compromisos y darme cuenta que disponía mucho tiempo libre decidí reincorporarme el 26 de diciembre.

La decisión no fue tan fácil, nuevamente mi lado bueno discutía contra el malo y entonces recordé la frase del libro: Dios nunca parpadea. No lo pensé más y me fui al gimnasio. De esta forma, organice mi cita con la nutrióloga el 31 y disponía de seis maravillosos días para hacer dieta y ejercicio y poder cerrar bien el año.

La técnica alimenticia fue la misma. Fruta en la mañana y noche, mientras que a medio día regrese a la dieta del nopal (con queso, con huevo, con atún) acompañados de algo de carne o pollo.

Luego del maratón decembrino, los días de dieta y el regreso inesperado al gimnasio, los resultados y el cierre de fin de año asciende a:

Peso: 106.5 kilos
Estatura: 177 centímetros
Brazo: 30 centímetros
Cintura: 97 centímetros

Subí un kilo, sin embargo tengo mis dudas ya que aumente un kilo y baje tres centímetros de cintura y uno de brazo. Más bien creo que ando inflamado de los músculos por el regreso al gimnasio. De todas formas estoy muy contento con el resultado obtenido.

Quiero aprovechar este espacio para agradecer a todas las personas que me han acompañado en este proceso y también a todos los que se dan la oportunidad de leer este espacio. Les mando mis mejores deseos para este año que inicia y que cada uno de sus proyectos sean una realidad. Mucha salud, dinero y sobre todo mucho amor.

BENDICIONES PARA TODOS

martes, 20 de diciembre de 2011

PLAN DE EMERGENCIA: FIESTAS NAVIDEÑAS


Los días libres no son es lo mío, se supone que en esta época tengo la oportunidad de portarme un poco mal y comer algunas cosas en ocasiones especiales, pero la verdad es que a mi me dan la mano y estiro la pata, creo que es algo en lo que debo de trabajar y sobre todo fortalecer.

Luego de mis 5.5 kilos bajados en la dieta anterior, me fui a varios eventos navideños:

·         Una posada (medallones con espagueti)
·         Una carne asada (dos bistec, una salchicha y dos quesadillas)
·         Un rosario (4 tamales)

Aunque las cantidades mencionadas son bajas en comparación a la manera en que comía antes, me preocupaba que fuera a recuperar los cinco kilos bajados y lo peor de todo que entrara en una “crisis” como la de mi cumpleaños. Y lo peor del caso es que el “Guadalupe - Reyes” ni siquiera había comenzado. Evaluando lo anterior decidí hacer dos cosas:

1.- Disfrutar las fiestas navideñas, ya que tampoco me la iba a pasar haciendo dieta en pleno diciembre. Así que me permití disfrutar y comer lo que me ofrecieron en la posada (viernes), la carne asada (sábado) y el rosario (domingo).

2.- Luego de disfrutar la comida  del fin de semana, el lunes retomaría la dieta con las mismas ganas de siempre. Aquí es donde muchas veces fallamos, ya que nos hacemos la idea de que tenemos fiesta todos los días y nos agarramos a mal comer todos los días.

Algo que me esta funcionando a mi es hacer una calendarización de los eventos y posadas. Aunque parezca ridículo, si sabemos que días tenemos algún compromiso navideño, tenemos la oportunidad de planear cuando  podemos hacer dieta e incluso prepararnos para los días en que nos portaremos mal.

Teniendo mi plan para los días en que no tenía evento, inicié con la dieta. Esta vez decidí hacerla yo. Se la platique a mí nutrióloga y ella le dio el visto bueno:

·         Desayunos: fruta (melón, papaya, manzana, uvas) con yogurt y jugo (naranja o toronja)
·         Comidas: Ensalada verde (lechuga, espinacas, pepino) con Nopales en cualquier tipo de presentación (con queso panela, con atún, con tomate y cebolla, con claras de huevo a la mexicana, etc.)
·         Cenas: yogurt con fruta
·         Colaciones: Una manzana, una naranja, una toronja o una mandarina
Fue una alimentación casi vegetariana y aunque resulte difícil de creer, después de la dieta de la crisis, esta fue muy fácil de hacer. Creo que los cuatro meses de dieta están comenzando a educarme. Eso lo note el otro día que fuimos a comprar la despensa y vi el carrito con mucha fruta y verdura.

-Chuy: Mamá ¡es mucha fruta y verdura!
-Mamá: si, es toda la que te comes en una semana

En esta semana no hubo resultados ya que con anta cosa que traigo encima, no he tenido la oportunidad de coincidir con la nutrióloga, de tal forma que los resultados se verán hasta enero.

BENDICIONES PARA TODOS

miércoles, 7 de diciembre de 2011

RUMBO A LAS FIESTAS DECEMBRINAS


Recuerdo de Mazatlán durante mi 27 aniversario.

Luego de mi crisis existencial de los cuatro kilos, vino la peor parte: aplicarme y retomar la dieta y el equilibrio que había perdido. Fueron más de diez intensos días con una dieta rigurosa a la cual mi subconsciente se negaba a seguir.

El reto era muy difícil, pues según la meta impuesta por mi nutrióloga tenia que bajar los cuatro kilos de mis 27 años y un tanto más para recuperar el tiempo perdido. La estrategia se dividió en dos dietas:

1.- La primera dieta seria para siete días y serviría para eliminar los cuatro kilos. Prácticamente consistía en desayunos a base de fruta (melón, papaya, manzana)  con yogurt sin granola. Y las comidas y cenas en 120 gramos de carne (pollo, pescado o res) acompañados de ensalada verde.

2.- La segunda dieta para eliminar en tres días uno o dos kilos extras a base de frutas dulces en la mañana (papaya, melón, sandia y guayaba) 120 gramos de carne (pollo, pescado o res) con ensalada verde y frutas cítricas en la noche (piña, naranja, toronja, mandarina)

Además de esto, lo peor del caso es que no tenia oportunidad de tener algún día libre y las bebidas alcohólicas estaban ESTRICTAMNTE PROHIBIDAS. Por si fuera poco, el séptimo día tuve que lidiar con unos roles glaseados que llevaron a la oficina y un pastel aún por “mi festejos” a los cuales me tuve que negar. Durante la partida de pastel sucedió algo que me llamo la atención:

Compañera 1: Ándale Chuy, prueba tu pastel
Chuy: Muchas gracias, pero estoy a dieta
Compañera 2: ¿Estas a dieta?
Chuy: Si
Compañera 1: Pues escogiste muy mal tiempo para hacer dieta
Compañera 2: mejor inicia en enero
Compañera 1: pero en enero son las levantadas
Compañera 2: bueno en febrero o marzo
Compañera 1: no, ahí son las vacaciones de semana santa
Compañera 2: y en mayo los festejos de la madre
Compañera 1: luego vienen los festejos del mes patrio
Compañera 2: y luego navidad otra vez

Total que si nos ponemos a pensar nunca sería el tiempo ideal para iniciar una dieta. Sin embargo creo que cualquier momento es bueno para iniciar una dieta. Hace poco leía en un libro la frase: “cuando te sientas vacilante solo da el siguiente paso”. Durante mi crisis por el aumento de peso, una amiga se acerco y me dijo:

-Entiendo por lo que estas pasando, yo lo he vivido y lo único que te puedo decir es que no te des por vencido. Y si rompiste la dieta cinco veces, entonces cinco veces vuelve a iniciar la dieta, con el paso del tiempo verás los resultados.

Después del día siete y de terminar la primera dieta me fui a un retiro de tres días, por lo cual tuve que suspenderla, aquello significaba, para mi, alargar el calvario. Luego de los tres días de la segunda dieta, regrese con la nutrióloga y los resultados fueron los siguientes:

-Peso: 105.5 kilos
-Estatura: 177 centímetros
-Brazo: 31 centímetros
-Cintura: 100 centímetros

Luego de los 13 días de tormento baje 5.5 kilogramos y me deshice de 6 centímetros de cintura en brazo y estatura me mantuve. El reto ahora son las fiestas decembrinas, lograr bajar de peso o al menos mantenerme. En la próxima entrada escribiré sobre algo que traigo en mi mente: “Los días libres en las dietas” y algunos tips para las fiestas de navidad y año nuevo. Se aceptan sugerencias y por lo pronto los invito a festejar por mis 5.5 kilos menos

BENDICIONES PARA TODOS  

jueves, 1 de diciembre de 2011

LA CRISIS DE LOS CUATRO KILOS


Luego de los festejos (Mazatlán, Laredo, fiestas y reuniones con amigos y familiares) había una cita que tenía pendiente conmigo, mi conciencia y por supuesto mi nutrióloga.

Por el lado bueno quería regresar al consultorio lo antes posible y retomar lo que desde hace dos semanas había olvidado o mejor dicho hecho a un lado, pero mi lado malo quería continuar con los festejos y pensar que nunca más habría que regresar a la dieta. Finalmente pudo más la cordura y separé una cita para el jueves por la tarde.

Debo reconocer que, aún y con todas mis celebraciones, existía en mi una pequeña esperanza de que todo seguía igual y que no había aumentado ni un gramo, pero Dios no hace milagros al menos cuando uno no pone de su parte y creo que este era mi caso. Los resultados fueron los siguientes:

Peso: 111 kilogramos
Estatura: 177 centímetros
Brazo: 31 centímetros
Cintura: 106 centímetros

Los cuatro kilos me hicieron entrar en una crisis emocional. Otra vez mi lado bueno peleaba contra el lado malo.

El bien: lamento decir esto pero… te lo dije
El mal: No importa, ¿Lo disfrutaste? ¿O no?
El bien: pero son ¡CUATRO KILOS!
El mal: los vas a volver a bajar, podría haber sido peor
El bien: pero no son cuatro kilos, son ¡CUATRO KILOS!

Pero la crisis apenas comenzaba, debo admitir que la única persona que reclamó fui yo, lo demás fueron opiniones:

-La nutrióloga:

“ahora nos tenemos que aplicar con una dieta pesada, para que logres bajar lo que aumentaste y un poco más”

-Mi mamá:
“Necesitas hacer la dieta porque si sigues aumentando de peso ya no te voy a cocinar nada”

-La terapeuta:
“Entonces aún no son hábitos y por lo tanto esto no es un cambio verdadero”

-Amigos:
“Nombre ni se te notan, pero no te confíes por que luego aumentas el doble de todo lo que ya bajaste”

Luego de la crisis de los CUATRO KILOS, debo reconocer que fue duro retomar la dieta a la que estaba acostumbrado. Yo escribí que debemos hacer de la dieta un estilo de vida, pero hoy les comparto que antes debemos convertir nuestra buena alimentación, en hábitos alimenticios.

¿Y cómo me doy cuenta de que mi dieta ya es un hábito? Pues habría muchas formas de saberlo, pero un buen indicador seria irte a Mazatlán y no subir un kilo.  En la próxima entrada les contaré sobre el regreso a la báscula y los primeros resultados después de LA CRISIS DE LOS CUATRO KILOS

BENDICIONES PARA TODOS

martes, 22 de noviembre de 2011

LAS PEQUEÑAS Y GRANDES RECAIDAS

En este tiempo le he contado sobre mis pequeñas caídas y la manera tan rápida y fácil en que me puedo levantar, pero hoy me he dado cuenta de que igual que en muchos lados puede haber recaídas pequeñas y también muy grandes.

El 14 de este mes celebre mi cumpleaños y como era mi festejo las celebraciones no se hicieron esperar ¿Qué tal el regalo de cumpleaños de mi nutriologa? Una manzana y dos galletas de salvado. Hablando de comida el itinerario fue el siguiente.
·         Seis días en Mazatlán (mariscos y alcohol, mucho alcohol)
·         Festejo familiar  (pastel y refresco)
·         Festejo con los amigos (tacos y mas alcohol)
·         Dos días en Laredo (bufete de comida)
En primero lugar quiero agradecer a todas las personas que hicieron posible los festejos de mi aniversario número 27 y sin lugar a dudas de uno de mis mejores años. Ahora quiero compartir algunas reflexiones.
1.    Mazatlán
Cuando le avise a la nutrióloga que me iba de vacaciones me dijo: ¿Harás dieta? La misma pregunta me hacia yo. En un principio dije que si, pero tengo que admitir que estando allá de lo primero que recordé fue la dieta, pero también fue lo último que hice.  
El plan de contingencia fue: Nadar, caminar y bailar lo más posible y comer fruta por la mañana. A la hora de la comida y la cena podía comer lo que quisiera pero evitaba los carbohidratos lo más que podía (ojo, esto no significa que no los consumí).
Al regresar a Saltillo, el primer filtro evaluador fue mi mamá, ya que tengo que admitir que cuando subo de peso ella es la primera que me lo dice y en esas cuestiones es muy honesta.
2.    Festejo familiar
Regresando de Mazatlán, mi hermana horneo dos pasteles de tres leches para celebrarme, algo que significó mucho para mí ya que ella nunca cocina. Luego de comerme una rebanada y terminada la reunión, medio pastel terminó en el refrigerador de mi casa. La moraleja es la siguiente:
Los alimentos en el refrigerador causan mucha tentación
O al menos así me pasó a mi, tenia tantas ganas de seguir comiendo pastel con refresco. Las ganas desaparecieron cuando mi mamá repartió el pastel con familiares y conocidos y yo me percate que en la casa ya no había nada.
3.    Festejo con los amigos
De los tacos no tengo mucho que decir, saben que es lo que mas disfrutó comer, solo que al siguiente día comí fruta y papaya para ayudar un poco a mi organismo.
4.    Laredo
Yo no sabía que ir de compras a Laredo significa, una comida al día y caminar mucho. Así que aproveche la actividad y trate de portarme bien a la hora de la comida. De regreso a Saltillo me dio mucho gusto un comentario de mi hermana cuando dije:
-No hice nada de dieta en estos días
-Pero te cuidaste mucho y no comiste en exceso

Supongo que es parte de mi costumbre, por que me he dado cuenta que mis niveles y escala de valores han cambiado, "portarme mal" no tiene el mismo significado que hace tres meses. En este tiempo he dicho que lo importante de la dieta, no es hacerla al pie de la letra, si no sabernos levantar después de una caída o de romperla. No importa si caída fue pequeña o grande como en mi caso, la idea es que regresemos y nos levantemos de las recaídas sin importar que tan grandes sean.  Antes de irme a Mazatlán los resultados fueron los siguientes:
Peso: 107 kilos
Estatura: 177 centímetros
En la próxima les cuento como me fue en el regreso con la nutrióloga ¿Cuántos kilos creen que aumente?
BENDICIONES PARA TODOS

sábado, 19 de noviembre de 2011

EL BUENO VS EL MALO

Hoy les comparto un regalo que simplemente me encantó y me puso de buenas... ¿Cuántas veces nos ha pasado a todos? Inmensas gracias, todo mi afecto y mi cariño para la autora intelectual, visiten su blog aqui http://historietasdelavidareal.blogspot.com/ Saludos y que tengan un excelente fin de semana.


BENDICIONES PARA TODOS

jueves, 17 de noviembre de 2011

DE MIS INTENTOS FALLIDOS


Hola a todos, perdon por la tardanza en actualizar el blog, pero me fui de vacaciones a Mazatlan, ya tendre tiempo de contar todo lo que me sucedió con la comida y hacer un recuento de los daños.

Muchas personas me han preguntado ¿Cómo le hago para hacer una dieta? Algunos me dicen que tengo mucha fuerza de voluntad, al principio lo creía pero después de analizarlo logre entenderlo:
En realidad no tengo ningún secreto, simplemente considero que la mayoría de las personas inician una dieta, para bajar de peso y querer agradar a las demás personas.
Muchas personas ven los resultados en mí y quedan sorprendidos. La gente piensa que esta es la primera vez que hago una dieta, y que gracias a mi fuerza de voluntad he logrado bajar 20 kilos, pero en realidad casi nadie sabe de los mil intentos como:
·         Aerobics
·         Zumba
·         Natación
·         Baile
·         Caminata
·         Bicicleta
Y aunque cada uno de estos, son muy buenos ejercicios no lograba entender que mientras no los combinara con una buena alimentación nunca iba a encontrar los resultados que perseguía. En lugar de eso prefería buscar otras alternativas como:
·         Fajas reductivas
·         Inyecciones
·         Braquets
Tengo que admitir que me puse frenos en la boca para mejorar mis dientes pero detrás de ese objetivo había otro muy oculto en mi mente; alguien me había dicho que los ajustes dentales dolían tanto que no podías comer en varios días y bajabas considerablemente de peso. Lamentablemente, luego de ponerme los braquets, encontré la forma de comer y por lo tanto recupere muy pronto los pocos kilos que había bajado.
Hoy puedo decirles y presumirles que hago una dieta con un solo objetivo, bajar de peso para agradarme a mí. Pero sobre todo con un afán: disfrutar al máximo mi alimentación y ritmo de vida. Mientras no logremos y entendamos cómo hacer eso, cada comida, alimento, movimiento o ejercicio serán un tormento y nunca llegaremos a las metas que nos propongamos. En la última semana mi terapeuta me preguntó: 

-¿No te has hartado de estar a dieta?                                                                                                 
-No, la verdad es que sigo disfrutando mucho cada comida                                              
-¿Entonces ya se convirtió en un hábito?          
Aún no sé si este proceso ya se conviritió en un hábito, pero mientras son peras o son manzanas, estoy disfrutando mi estilo de vida. En esta semana los resultados en el consultorio de mi nutrióloga fueron:
Peso: 111 kilos
Estatura: 177 centímetros
Y además de esto cinco conocidos (entre familiares, amigos y compañeros de trabajo) que durante este tiempo han iniciado su tratamiento con la misma nutrióloga.

BENDICIONES PARA TODOS

lunes, 7 de noviembre de 2011

CERO PAN, CERO REFRESCO

El día de hoy quiero compartirles un artículo que recién encontré en internet ahora que comenzaba a escribir sobre el consumo del pan y el refresco en mi vida diaria. Sin lugar a dudas, estos alimentos son los predilectos de muchos y tengo que admitir que yo todavía los consumo aunque no en las mismas cantidades que antes.
A propósito de esto les cuento dos anécdotas referentes al tema. Cierto día, una amiga me invito a una fiesta de graduación. Estaba contento por verla pero me preocupaba mucho lo que iban a servir en la cena, por lo cual decidí marcar a mi santa y querida nutrióloga:
-Hey, voy a ir a una graduación… ¿Cómo le hago con la cena?
-Cena lo que te den, pero no tomes refresco ni comas pan. Y baila mucho.
Ojo, me dio chance de comer cualquier cosa que sirvieran y lo único que me prohibió fue comer pan y abusar del refresco. Así que llegue a la graduación deguste de la deliciosa cena que consistió en:
·         Lasaña vegetariana (con espinacas, queso y salsa de tomate)
·         Medallones acompañado con verduras al vapor y arroz almendrado  
·         Pastel con nieve
Realmente disfrute la cena sin pan y con un solo refresco light, el resto fue agua mineral con hielos y eran mas hielos que agua mineral. Pero la encomienda era no pan ni refresco y bailar mucho después de la cena, gracias a Dios me gusta mucho bailar por lo cual eso no representó ningún problema. He de compartirles que al día siguiente con ayuda de un plato de papaya mi cuerpo saco lo que había que sacar.
La segunda anécdota fue un día en que mi mamá me invitó a comer, casualmente eligió un bufete Brasileño donde la especialidad son los cortes de carne al carbón, pizzas y una barra de ensalada. Es de mis restaurantes favoritos y difícilmente pude negarme a la propuesta de mi mamá, además de que seria una buena oportunidad para consentirme y ponerme a prueba.
Al llegar al lugar, recordé las sabias palabras de mi nutrióloga: “cero pan y refresco”, así que esa era la táctica de guerra. Lo primero que hice fue servirme un plato enorme de ensalada, ojo la ensalada era de verduras verdes, nada de sopa de coditos o alguna que trajera papa. Luego llego lo interesante, una serie de meseros que ofrecían la comida, válgame la redundancia, en tu mesa:
-Mesero: ¿gusta probar la carne?                                                                               
-Mamá: Si                                                                                                                          
-Chuy: Si                                                                                                                      
-Mesero: ¿gusta probar el pan con ajo?                                                                               
-Mamá: Si                                                                                                                          
-Chuy: No                                                                                                                    
-Mesero: ¿gusta probar el pollo?                                                                                
-Mamá: Si                                                                                                                          
-Chuy:Si                                                                                                                                  
-Mesero: ¿gusta probar la pizza?                                                                               
-Mamá: Si                                                                                                                          
-Chuy: No                                                                                                                         
-Mesero: ¿gusta tortillas?                                                                                            
-Mamá: Si                                                                                                                          
-Chuy: No
Para no hacer mas largo el cuento, al final mi santa madre había probado de todo, carnes, ensaladas y carbohidratos mientras que no me había limitado a pura carne y verduras. El resultado final fue mi mamá muy pero muy llena y satisfecha y yo satisfecho.
Luego de la comida fuimos a surtir la despensa y yo procuraba caminar más de lo habitual, al llegar a casa mi mamá continuaba muy pero muy servida y yo me deshice de lo que me tenía que deshacer. Los resultados para esa semana fueron:
Peso: 116 kilos
Estatura: 177 centímetros
Brazo:
Cintura:
BENDICIONES PARA TODOS  

lunes, 31 de octubre de 2011

DE PEQUEÑAS METAS Y PEQUEÑOS LOGROS


Desde que inicie con la dieta muchos me han preguntado  ¿A cuántos kilos quieres  llegar? La mayoría de las veces respondía que no lo sabía. La gente cercana a mi argumentaba que eso era imposible y que debía tener claro cual era la meta que deseaba cruzar.
Decidí entonces trazar un plan que tuviera metas a corto, mediano y largo plazo; de tal forma que dividí mi peso en decenas, centenas y peso ideal. En otras palabras la primera meta era bajar de los 136 a los 130, ese era el primer objetivo y el segundo rebajar a los 120 y luego a los 110.
La meta a mediano plazo es llegar a los 100 y finalmente el objetivo a largo plazo es el peso ideal: alrededor de los 80 kilos. Alguien me dijo que eso era mucho que mejor me quedara en 90 kilos, pero creo que si lograra bajar de 136 a 90 kilos seria absurdo no querer llegar a los 80. Aunque para eso falta mucho, una vez escuche que los mil pasos comienzan con el primero así que estoy en el camino hacia mi peso ideal.
Es importante hablar de las metas a pequeño, mediano y largo plazo. Pero es mas importante hablar de los logros que han llegado como resultado de la constancia y la dedicación.
Les puedo contar de la infinidad de ropa que poco a poco va cerrando y acoplándose mejor a mi cuerpo o de esas camisas que cuando te sentabas todos los botones se abrían. Hasta ahorita mi mayo logro ha sido bajar de talla 44 a talla 40. Hubiera visto mi cara cuando me medí el pantalón y cerró sin ningún problema.
En esta semana sustituí los licuados por jugos en las mañanas, esto para terminar de desintoxicarme, les comparto la receta:
·         ½ taza de papaya, ½ toronja y una naranja
·         1 taza de piña, 1 naranja y media taza de guayaba
Como podrán ver son jugos muy sencillos, además de los jugos comencé a tomar dos litros de agua de Jamaica o tamarindo diarios. No les digo como andaba, pero me sirvieron mucho, tanto que los resultados en esa semana fueron los siguientes:
Peso: 119 kilos
Estatura: 177 centímetros
Brazo: 36 centímetros
Cintura: 113 centímetros
Baje de los 120 y logre un pequeño logro de 3 kilos que sumados con los otros dan un total de 17 kilos en aproximadamente un mes y medio que equivale a un logro a mediano plazo. Recuerden que 56 kilos empiezan en el kilo numero 1.
BENDICIONES PARA TODOS

miércoles, 26 de octubre de 2011

DE TACOS Y COMIDA MEXICANA


Definitivamente, para mí, no hay mayor placer gastronómico y culinario que aquel que te proporcionan unos buenos tacos. Y es que no hay mejor delicia que el sabor de una buena tortilla, de harina o de maíz, doblada por la mitad con cualquier guiso en medio. A partir de mi profundo amor por la comida mexicana y del actual proceso alimenticio que estoy viviendo les quiero compartir algunas experiencias:
La primera fue en un domingo cualquiera, cerca de las nueve de la mañana, recién despertaba, abría los ojos pero algo no andaba bien, había en mi un sentimiento de culpa, era cruda moral. Y no era para menos, algunas horas antes me había CINCO TACOS DE HARINA Y UN REFRESCO!!! Me sentía mal, muy mal. De pronto varias ideas invadieron mi mente.
1.    Ir a nadar a la alberca olímpica
2.    Comenzar con mis clases de bicicleta
3.    Ir a caminar y luego correr
4.    Todas las anteriores
Aunque parezca gracioso, debo admitir que lo pensé y estuve a punto de elegir la opción cuatro. Puedo definir a la cruda moral como un malestar causado por haber hecho algo que consideramos mal de acuerdo a nuestros principios y a nuestra escala de valores.  Luego de mi crisis existencial y de pensar en ir a nadar, a correr, andar en bici o hacer las tres actividades me di cuenta de lo que estaba sucediendo. Antes de entrar en materia de reflexión, quiero contar otra anécdota.
Recuerdo que ese día llegue tarde al trabajo, más que de costumbre, y por si fuera poco no había tenido tiempo de preparar el almuerzo para la dieta, de tal forma que lleve algo de lechuga con 3 rebanadas de jamón, (debó admitir que ese día la comida no se me antojaba).  Uno de los jefes llegó de muy buen humor y mandó traer tacos para todos, recuerdo que él me dijo:
-¿De cuáles y cuántos vas a querer Chuy?
 -Este… muchas gracias, pero no
-Ándale, yo los invito

Al escucharlo pensé en mi kilo de lechuga con tres rebanadas de jamón, entonces desde lo más profundo de mí ser, una voz exclamó:

-Bueno, dos de cachete y uno de chicarrón prensado

Eran tacos de “Los Pioneros” y a esos nadie se puede resistir pero enseguida de que mi compañero salió rumbo a la taquería, la lucha entre el bien y el mal comenzó dentro de mí:
-El bien: ¿Te vas a comer tres tacos? No vienen en la dieta
-El mal: Te los mereces, te has portado muy bien
-El bien: pero ni siquiera fuiste a nadar en la mañana
-El mal: mañana vas a nadar y nadie se da cuenta
-El bien: el fin de semana te cenaste una hamburguesa

De pronto la voz de mi compañero interrumpió la lucha entre el bien y el mal con un: “Aquí están tus tacos, provecho”. Ahí estaban la orden y mi plato de lechuga con jamón.
¿Qué pretendo al contar estas historias? Desde la vez pasada les contaba que esto no es una dieta, es un estilo de vida. Como ya lo dije antes, no pretendo ser una maquina perfecta de hacer dietas. Soy un ser humano que puede fallar pero lo importante no es la caída sino la capacidad que tenemos para levantarnos y poder reiniciar la dieta con las mismas ganas. El problema es que cuando caemos no nos levantamos y nos permitimos volver a caer. Lo interesante es la actitud que tengamos y que al día siguiente de los tacos tengamos la capacidad de reconocer que lo hicimos pero que nos podemos volver a levantar.
Por lo regular, los fines de semana es cuando me permito darme un gusto, ahora creo firmemente que ninguna comida ni alimento te hace daño si la sabemos combinar de la manera correcta. En esa semana los resultados fueron:
Peso: 122 kilos
Estatura: 177 centímetros
Brazo: 35 centímetros
Cintura: 119 centímetros
Por cierto, si les interesa saber en la primera anécdota ya no fui a nadar, ni a correr ni a enseñarme a andar en bici y en la segunda fue mi decisión comer la lechuga y el jamón, recuerden que es mi decisión lo que puedo y no puedo comer y si me caigo me levanto y sigo caminando
A partir de esta semana comencé a tomar jugos y alimentos laxantes inicier la segunda fase de la dieta, pero ya les ire contando con mas detalle. Muchas gracias a todos por sus comentarios y recuerden en recomendar el blog.
BENDICIONES PARA TODOS.