sábado, 31 de diciembre de 2011

FELIZ 2012


Hace poco leí una frase que hoy quiero compartirles: “Cuando te sientas vacilante, solo da el siguiente paso”. Y es que hoy, creo que pase muchos años de mi vida queriendo bajar de peso, pero decía que nunca era el momento correcto. Siempre había posadas, fiestas, reuniones y todo tipo de eventos que hacían que pospusiera la dieta y el ejercicio para la siguiente semana.

Mucha gente me decía que por que intentaba hacer dieta en pleno diciembre, incluso decían que estaba loco, que no lo iba a lograr. Y efectivamente, no lo logre. Realmente es muy difícil nadar en contra de la marea y se me dificultó mucho hacer una dieta en medio de posadas (del trabajo, de la iglesia, de la familia y amigos) la cena de navidad y el grandioso recalentado.

Platicando con un amigo llegamos a una conclusión; diciembre se invento para subir de peso. En este año aprendí muchas cosas y la principal fue saber levantarme después de una recaída. Después de todo el trabajo y los compromisos de diciembre, mi idea original era regresar al gimnasio en enero, pero al revisar mis compromisos y darme cuenta que disponía mucho tiempo libre decidí reincorporarme el 26 de diciembre.

La decisión no fue tan fácil, nuevamente mi lado bueno discutía contra el malo y entonces recordé la frase del libro: Dios nunca parpadea. No lo pensé más y me fui al gimnasio. De esta forma, organice mi cita con la nutrióloga el 31 y disponía de seis maravillosos días para hacer dieta y ejercicio y poder cerrar bien el año.

La técnica alimenticia fue la misma. Fruta en la mañana y noche, mientras que a medio día regrese a la dieta del nopal (con queso, con huevo, con atún) acompañados de algo de carne o pollo.

Luego del maratón decembrino, los días de dieta y el regreso inesperado al gimnasio, los resultados y el cierre de fin de año asciende a:

Peso: 106.5 kilos
Estatura: 177 centímetros
Brazo: 30 centímetros
Cintura: 97 centímetros

Subí un kilo, sin embargo tengo mis dudas ya que aumente un kilo y baje tres centímetros de cintura y uno de brazo. Más bien creo que ando inflamado de los músculos por el regreso al gimnasio. De todas formas estoy muy contento con el resultado obtenido.

Quiero aprovechar este espacio para agradecer a todas las personas que me han acompañado en este proceso y también a todos los que se dan la oportunidad de leer este espacio. Les mando mis mejores deseos para este año que inicia y que cada uno de sus proyectos sean una realidad. Mucha salud, dinero y sobre todo mucho amor.

BENDICIONES PARA TODOS

martes, 20 de diciembre de 2011

PLAN DE EMERGENCIA: FIESTAS NAVIDEÑAS


Los días libres no son es lo mío, se supone que en esta época tengo la oportunidad de portarme un poco mal y comer algunas cosas en ocasiones especiales, pero la verdad es que a mi me dan la mano y estiro la pata, creo que es algo en lo que debo de trabajar y sobre todo fortalecer.

Luego de mis 5.5 kilos bajados en la dieta anterior, me fui a varios eventos navideños:

·         Una posada (medallones con espagueti)
·         Una carne asada (dos bistec, una salchicha y dos quesadillas)
·         Un rosario (4 tamales)

Aunque las cantidades mencionadas son bajas en comparación a la manera en que comía antes, me preocupaba que fuera a recuperar los cinco kilos bajados y lo peor de todo que entrara en una “crisis” como la de mi cumpleaños. Y lo peor del caso es que el “Guadalupe - Reyes” ni siquiera había comenzado. Evaluando lo anterior decidí hacer dos cosas:

1.- Disfrutar las fiestas navideñas, ya que tampoco me la iba a pasar haciendo dieta en pleno diciembre. Así que me permití disfrutar y comer lo que me ofrecieron en la posada (viernes), la carne asada (sábado) y el rosario (domingo).

2.- Luego de disfrutar la comida  del fin de semana, el lunes retomaría la dieta con las mismas ganas de siempre. Aquí es donde muchas veces fallamos, ya que nos hacemos la idea de que tenemos fiesta todos los días y nos agarramos a mal comer todos los días.

Algo que me esta funcionando a mi es hacer una calendarización de los eventos y posadas. Aunque parezca ridículo, si sabemos que días tenemos algún compromiso navideño, tenemos la oportunidad de planear cuando  podemos hacer dieta e incluso prepararnos para los días en que nos portaremos mal.

Teniendo mi plan para los días en que no tenía evento, inicié con la dieta. Esta vez decidí hacerla yo. Se la platique a mí nutrióloga y ella le dio el visto bueno:

·         Desayunos: fruta (melón, papaya, manzana, uvas) con yogurt y jugo (naranja o toronja)
·         Comidas: Ensalada verde (lechuga, espinacas, pepino) con Nopales en cualquier tipo de presentación (con queso panela, con atún, con tomate y cebolla, con claras de huevo a la mexicana, etc.)
·         Cenas: yogurt con fruta
·         Colaciones: Una manzana, una naranja, una toronja o una mandarina
Fue una alimentación casi vegetariana y aunque resulte difícil de creer, después de la dieta de la crisis, esta fue muy fácil de hacer. Creo que los cuatro meses de dieta están comenzando a educarme. Eso lo note el otro día que fuimos a comprar la despensa y vi el carrito con mucha fruta y verdura.

-Chuy: Mamá ¡es mucha fruta y verdura!
-Mamá: si, es toda la que te comes en una semana

En esta semana no hubo resultados ya que con anta cosa que traigo encima, no he tenido la oportunidad de coincidir con la nutrióloga, de tal forma que los resultados se verán hasta enero.

BENDICIONES PARA TODOS

miércoles, 7 de diciembre de 2011

RUMBO A LAS FIESTAS DECEMBRINAS


Recuerdo de Mazatlán durante mi 27 aniversario.

Luego de mi crisis existencial de los cuatro kilos, vino la peor parte: aplicarme y retomar la dieta y el equilibrio que había perdido. Fueron más de diez intensos días con una dieta rigurosa a la cual mi subconsciente se negaba a seguir.

El reto era muy difícil, pues según la meta impuesta por mi nutrióloga tenia que bajar los cuatro kilos de mis 27 años y un tanto más para recuperar el tiempo perdido. La estrategia se dividió en dos dietas:

1.- La primera dieta seria para siete días y serviría para eliminar los cuatro kilos. Prácticamente consistía en desayunos a base de fruta (melón, papaya, manzana)  con yogurt sin granola. Y las comidas y cenas en 120 gramos de carne (pollo, pescado o res) acompañados de ensalada verde.

2.- La segunda dieta para eliminar en tres días uno o dos kilos extras a base de frutas dulces en la mañana (papaya, melón, sandia y guayaba) 120 gramos de carne (pollo, pescado o res) con ensalada verde y frutas cítricas en la noche (piña, naranja, toronja, mandarina)

Además de esto, lo peor del caso es que no tenia oportunidad de tener algún día libre y las bebidas alcohólicas estaban ESTRICTAMNTE PROHIBIDAS. Por si fuera poco, el séptimo día tuve que lidiar con unos roles glaseados que llevaron a la oficina y un pastel aún por “mi festejos” a los cuales me tuve que negar. Durante la partida de pastel sucedió algo que me llamo la atención:

Compañera 1: Ándale Chuy, prueba tu pastel
Chuy: Muchas gracias, pero estoy a dieta
Compañera 2: ¿Estas a dieta?
Chuy: Si
Compañera 1: Pues escogiste muy mal tiempo para hacer dieta
Compañera 2: mejor inicia en enero
Compañera 1: pero en enero son las levantadas
Compañera 2: bueno en febrero o marzo
Compañera 1: no, ahí son las vacaciones de semana santa
Compañera 2: y en mayo los festejos de la madre
Compañera 1: luego vienen los festejos del mes patrio
Compañera 2: y luego navidad otra vez

Total que si nos ponemos a pensar nunca sería el tiempo ideal para iniciar una dieta. Sin embargo creo que cualquier momento es bueno para iniciar una dieta. Hace poco leía en un libro la frase: “cuando te sientas vacilante solo da el siguiente paso”. Durante mi crisis por el aumento de peso, una amiga se acerco y me dijo:

-Entiendo por lo que estas pasando, yo lo he vivido y lo único que te puedo decir es que no te des por vencido. Y si rompiste la dieta cinco veces, entonces cinco veces vuelve a iniciar la dieta, con el paso del tiempo verás los resultados.

Después del día siete y de terminar la primera dieta me fui a un retiro de tres días, por lo cual tuve que suspenderla, aquello significaba, para mi, alargar el calvario. Luego de los tres días de la segunda dieta, regrese con la nutrióloga y los resultados fueron los siguientes:

-Peso: 105.5 kilos
-Estatura: 177 centímetros
-Brazo: 31 centímetros
-Cintura: 100 centímetros

Luego de los 13 días de tormento baje 5.5 kilogramos y me deshice de 6 centímetros de cintura en brazo y estatura me mantuve. El reto ahora son las fiestas decembrinas, lograr bajar de peso o al menos mantenerme. En la próxima entrada escribiré sobre algo que traigo en mi mente: “Los días libres en las dietas” y algunos tips para las fiestas de navidad y año nuevo. Se aceptan sugerencias y por lo pronto los invito a festejar por mis 5.5 kilos menos

BENDICIONES PARA TODOS  

jueves, 1 de diciembre de 2011

LA CRISIS DE LOS CUATRO KILOS


Luego de los festejos (Mazatlán, Laredo, fiestas y reuniones con amigos y familiares) había una cita que tenía pendiente conmigo, mi conciencia y por supuesto mi nutrióloga.

Por el lado bueno quería regresar al consultorio lo antes posible y retomar lo que desde hace dos semanas había olvidado o mejor dicho hecho a un lado, pero mi lado malo quería continuar con los festejos y pensar que nunca más habría que regresar a la dieta. Finalmente pudo más la cordura y separé una cita para el jueves por la tarde.

Debo reconocer que, aún y con todas mis celebraciones, existía en mi una pequeña esperanza de que todo seguía igual y que no había aumentado ni un gramo, pero Dios no hace milagros al menos cuando uno no pone de su parte y creo que este era mi caso. Los resultados fueron los siguientes:

Peso: 111 kilogramos
Estatura: 177 centímetros
Brazo: 31 centímetros
Cintura: 106 centímetros

Los cuatro kilos me hicieron entrar en una crisis emocional. Otra vez mi lado bueno peleaba contra el lado malo.

El bien: lamento decir esto pero… te lo dije
El mal: No importa, ¿Lo disfrutaste? ¿O no?
El bien: pero son ¡CUATRO KILOS!
El mal: los vas a volver a bajar, podría haber sido peor
El bien: pero no son cuatro kilos, son ¡CUATRO KILOS!

Pero la crisis apenas comenzaba, debo admitir que la única persona que reclamó fui yo, lo demás fueron opiniones:

-La nutrióloga:

“ahora nos tenemos que aplicar con una dieta pesada, para que logres bajar lo que aumentaste y un poco más”

-Mi mamá:
“Necesitas hacer la dieta porque si sigues aumentando de peso ya no te voy a cocinar nada”

-La terapeuta:
“Entonces aún no son hábitos y por lo tanto esto no es un cambio verdadero”

-Amigos:
“Nombre ni se te notan, pero no te confíes por que luego aumentas el doble de todo lo que ya bajaste”

Luego de la crisis de los CUATRO KILOS, debo reconocer que fue duro retomar la dieta a la que estaba acostumbrado. Yo escribí que debemos hacer de la dieta un estilo de vida, pero hoy les comparto que antes debemos convertir nuestra buena alimentación, en hábitos alimenticios.

¿Y cómo me doy cuenta de que mi dieta ya es un hábito? Pues habría muchas formas de saberlo, pero un buen indicador seria irte a Mazatlán y no subir un kilo.  En la próxima entrada les contaré sobre el regreso a la báscula y los primeros resultados después de LA CRISIS DE LOS CUATRO KILOS

BENDICIONES PARA TODOS