martes, 22 de noviembre de 2011

LAS PEQUEÑAS Y GRANDES RECAIDAS

En este tiempo le he contado sobre mis pequeñas caídas y la manera tan rápida y fácil en que me puedo levantar, pero hoy me he dado cuenta de que igual que en muchos lados puede haber recaídas pequeñas y también muy grandes.

El 14 de este mes celebre mi cumpleaños y como era mi festejo las celebraciones no se hicieron esperar ¿Qué tal el regalo de cumpleaños de mi nutriologa? Una manzana y dos galletas de salvado. Hablando de comida el itinerario fue el siguiente.
·         Seis días en Mazatlán (mariscos y alcohol, mucho alcohol)
·         Festejo familiar  (pastel y refresco)
·         Festejo con los amigos (tacos y mas alcohol)
·         Dos días en Laredo (bufete de comida)
En primero lugar quiero agradecer a todas las personas que hicieron posible los festejos de mi aniversario número 27 y sin lugar a dudas de uno de mis mejores años. Ahora quiero compartir algunas reflexiones.
1.    Mazatlán
Cuando le avise a la nutrióloga que me iba de vacaciones me dijo: ¿Harás dieta? La misma pregunta me hacia yo. En un principio dije que si, pero tengo que admitir que estando allá de lo primero que recordé fue la dieta, pero también fue lo último que hice.  
El plan de contingencia fue: Nadar, caminar y bailar lo más posible y comer fruta por la mañana. A la hora de la comida y la cena podía comer lo que quisiera pero evitaba los carbohidratos lo más que podía (ojo, esto no significa que no los consumí).
Al regresar a Saltillo, el primer filtro evaluador fue mi mamá, ya que tengo que admitir que cuando subo de peso ella es la primera que me lo dice y en esas cuestiones es muy honesta.
2.    Festejo familiar
Regresando de Mazatlán, mi hermana horneo dos pasteles de tres leches para celebrarme, algo que significó mucho para mí ya que ella nunca cocina. Luego de comerme una rebanada y terminada la reunión, medio pastel terminó en el refrigerador de mi casa. La moraleja es la siguiente:
Los alimentos en el refrigerador causan mucha tentación
O al menos así me pasó a mi, tenia tantas ganas de seguir comiendo pastel con refresco. Las ganas desaparecieron cuando mi mamá repartió el pastel con familiares y conocidos y yo me percate que en la casa ya no había nada.
3.    Festejo con los amigos
De los tacos no tengo mucho que decir, saben que es lo que mas disfrutó comer, solo que al siguiente día comí fruta y papaya para ayudar un poco a mi organismo.
4.    Laredo
Yo no sabía que ir de compras a Laredo significa, una comida al día y caminar mucho. Así que aproveche la actividad y trate de portarme bien a la hora de la comida. De regreso a Saltillo me dio mucho gusto un comentario de mi hermana cuando dije:
-No hice nada de dieta en estos días
-Pero te cuidaste mucho y no comiste en exceso

Supongo que es parte de mi costumbre, por que me he dado cuenta que mis niveles y escala de valores han cambiado, "portarme mal" no tiene el mismo significado que hace tres meses. En este tiempo he dicho que lo importante de la dieta, no es hacerla al pie de la letra, si no sabernos levantar después de una caída o de romperla. No importa si caída fue pequeña o grande como en mi caso, la idea es que regresemos y nos levantemos de las recaídas sin importar que tan grandes sean.  Antes de irme a Mazatlán los resultados fueron los siguientes:
Peso: 107 kilos
Estatura: 177 centímetros
En la próxima les cuento como me fue en el regreso con la nutrióloga ¿Cuántos kilos creen que aumente?
BENDICIONES PARA TODOS

sábado, 19 de noviembre de 2011

EL BUENO VS EL MALO

Hoy les comparto un regalo que simplemente me encantó y me puso de buenas... ¿Cuántas veces nos ha pasado a todos? Inmensas gracias, todo mi afecto y mi cariño para la autora intelectual, visiten su blog aqui http://historietasdelavidareal.blogspot.com/ Saludos y que tengan un excelente fin de semana.


BENDICIONES PARA TODOS

jueves, 17 de noviembre de 2011

DE MIS INTENTOS FALLIDOS


Hola a todos, perdon por la tardanza en actualizar el blog, pero me fui de vacaciones a Mazatlan, ya tendre tiempo de contar todo lo que me sucedió con la comida y hacer un recuento de los daños.

Muchas personas me han preguntado ¿Cómo le hago para hacer una dieta? Algunos me dicen que tengo mucha fuerza de voluntad, al principio lo creía pero después de analizarlo logre entenderlo:
En realidad no tengo ningún secreto, simplemente considero que la mayoría de las personas inician una dieta, para bajar de peso y querer agradar a las demás personas.
Muchas personas ven los resultados en mí y quedan sorprendidos. La gente piensa que esta es la primera vez que hago una dieta, y que gracias a mi fuerza de voluntad he logrado bajar 20 kilos, pero en realidad casi nadie sabe de los mil intentos como:
·         Aerobics
·         Zumba
·         Natación
·         Baile
·         Caminata
·         Bicicleta
Y aunque cada uno de estos, son muy buenos ejercicios no lograba entender que mientras no los combinara con una buena alimentación nunca iba a encontrar los resultados que perseguía. En lugar de eso prefería buscar otras alternativas como:
·         Fajas reductivas
·         Inyecciones
·         Braquets
Tengo que admitir que me puse frenos en la boca para mejorar mis dientes pero detrás de ese objetivo había otro muy oculto en mi mente; alguien me había dicho que los ajustes dentales dolían tanto que no podías comer en varios días y bajabas considerablemente de peso. Lamentablemente, luego de ponerme los braquets, encontré la forma de comer y por lo tanto recupere muy pronto los pocos kilos que había bajado.
Hoy puedo decirles y presumirles que hago una dieta con un solo objetivo, bajar de peso para agradarme a mí. Pero sobre todo con un afán: disfrutar al máximo mi alimentación y ritmo de vida. Mientras no logremos y entendamos cómo hacer eso, cada comida, alimento, movimiento o ejercicio serán un tormento y nunca llegaremos a las metas que nos propongamos. En la última semana mi terapeuta me preguntó: 

-¿No te has hartado de estar a dieta?                                                                                                 
-No, la verdad es que sigo disfrutando mucho cada comida                                              
-¿Entonces ya se convirtió en un hábito?          
Aún no sé si este proceso ya se conviritió en un hábito, pero mientras son peras o son manzanas, estoy disfrutando mi estilo de vida. En esta semana los resultados en el consultorio de mi nutrióloga fueron:
Peso: 111 kilos
Estatura: 177 centímetros
Y además de esto cinco conocidos (entre familiares, amigos y compañeros de trabajo) que durante este tiempo han iniciado su tratamiento con la misma nutrióloga.

BENDICIONES PARA TODOS

lunes, 7 de noviembre de 2011

CERO PAN, CERO REFRESCO

El día de hoy quiero compartirles un artículo que recién encontré en internet ahora que comenzaba a escribir sobre el consumo del pan y el refresco en mi vida diaria. Sin lugar a dudas, estos alimentos son los predilectos de muchos y tengo que admitir que yo todavía los consumo aunque no en las mismas cantidades que antes.
A propósito de esto les cuento dos anécdotas referentes al tema. Cierto día, una amiga me invito a una fiesta de graduación. Estaba contento por verla pero me preocupaba mucho lo que iban a servir en la cena, por lo cual decidí marcar a mi santa y querida nutrióloga:
-Hey, voy a ir a una graduación… ¿Cómo le hago con la cena?
-Cena lo que te den, pero no tomes refresco ni comas pan. Y baila mucho.
Ojo, me dio chance de comer cualquier cosa que sirvieran y lo único que me prohibió fue comer pan y abusar del refresco. Así que llegue a la graduación deguste de la deliciosa cena que consistió en:
·         Lasaña vegetariana (con espinacas, queso y salsa de tomate)
·         Medallones acompañado con verduras al vapor y arroz almendrado  
·         Pastel con nieve
Realmente disfrute la cena sin pan y con un solo refresco light, el resto fue agua mineral con hielos y eran mas hielos que agua mineral. Pero la encomienda era no pan ni refresco y bailar mucho después de la cena, gracias a Dios me gusta mucho bailar por lo cual eso no representó ningún problema. He de compartirles que al día siguiente con ayuda de un plato de papaya mi cuerpo saco lo que había que sacar.
La segunda anécdota fue un día en que mi mamá me invitó a comer, casualmente eligió un bufete Brasileño donde la especialidad son los cortes de carne al carbón, pizzas y una barra de ensalada. Es de mis restaurantes favoritos y difícilmente pude negarme a la propuesta de mi mamá, además de que seria una buena oportunidad para consentirme y ponerme a prueba.
Al llegar al lugar, recordé las sabias palabras de mi nutrióloga: “cero pan y refresco”, así que esa era la táctica de guerra. Lo primero que hice fue servirme un plato enorme de ensalada, ojo la ensalada era de verduras verdes, nada de sopa de coditos o alguna que trajera papa. Luego llego lo interesante, una serie de meseros que ofrecían la comida, válgame la redundancia, en tu mesa:
-Mesero: ¿gusta probar la carne?                                                                               
-Mamá: Si                                                                                                                          
-Chuy: Si                                                                                                                      
-Mesero: ¿gusta probar el pan con ajo?                                                                               
-Mamá: Si                                                                                                                          
-Chuy: No                                                                                                                    
-Mesero: ¿gusta probar el pollo?                                                                                
-Mamá: Si                                                                                                                          
-Chuy:Si                                                                                                                                  
-Mesero: ¿gusta probar la pizza?                                                                               
-Mamá: Si                                                                                                                          
-Chuy: No                                                                                                                         
-Mesero: ¿gusta tortillas?                                                                                            
-Mamá: Si                                                                                                                          
-Chuy: No
Para no hacer mas largo el cuento, al final mi santa madre había probado de todo, carnes, ensaladas y carbohidratos mientras que no me había limitado a pura carne y verduras. El resultado final fue mi mamá muy pero muy llena y satisfecha y yo satisfecho.
Luego de la comida fuimos a surtir la despensa y yo procuraba caminar más de lo habitual, al llegar a casa mi mamá continuaba muy pero muy servida y yo me deshice de lo que me tenía que deshacer. Los resultados para esa semana fueron:
Peso: 116 kilos
Estatura: 177 centímetros
Brazo:
Cintura:
BENDICIONES PARA TODOS