lunes, 31 de octubre de 2011

DE PEQUEÑAS METAS Y PEQUEÑOS LOGROS


Desde que inicie con la dieta muchos me han preguntado  ¿A cuántos kilos quieres  llegar? La mayoría de las veces respondía que no lo sabía. La gente cercana a mi argumentaba que eso era imposible y que debía tener claro cual era la meta que deseaba cruzar.
Decidí entonces trazar un plan que tuviera metas a corto, mediano y largo plazo; de tal forma que dividí mi peso en decenas, centenas y peso ideal. En otras palabras la primera meta era bajar de los 136 a los 130, ese era el primer objetivo y el segundo rebajar a los 120 y luego a los 110.
La meta a mediano plazo es llegar a los 100 y finalmente el objetivo a largo plazo es el peso ideal: alrededor de los 80 kilos. Alguien me dijo que eso era mucho que mejor me quedara en 90 kilos, pero creo que si lograra bajar de 136 a 90 kilos seria absurdo no querer llegar a los 80. Aunque para eso falta mucho, una vez escuche que los mil pasos comienzan con el primero así que estoy en el camino hacia mi peso ideal.
Es importante hablar de las metas a pequeño, mediano y largo plazo. Pero es mas importante hablar de los logros que han llegado como resultado de la constancia y la dedicación.
Les puedo contar de la infinidad de ropa que poco a poco va cerrando y acoplándose mejor a mi cuerpo o de esas camisas que cuando te sentabas todos los botones se abrían. Hasta ahorita mi mayo logro ha sido bajar de talla 44 a talla 40. Hubiera visto mi cara cuando me medí el pantalón y cerró sin ningún problema.
En esta semana sustituí los licuados por jugos en las mañanas, esto para terminar de desintoxicarme, les comparto la receta:
·         ½ taza de papaya, ½ toronja y una naranja
·         1 taza de piña, 1 naranja y media taza de guayaba
Como podrán ver son jugos muy sencillos, además de los jugos comencé a tomar dos litros de agua de Jamaica o tamarindo diarios. No les digo como andaba, pero me sirvieron mucho, tanto que los resultados en esa semana fueron los siguientes:
Peso: 119 kilos
Estatura: 177 centímetros
Brazo: 36 centímetros
Cintura: 113 centímetros
Baje de los 120 y logre un pequeño logro de 3 kilos que sumados con los otros dan un total de 17 kilos en aproximadamente un mes y medio que equivale a un logro a mediano plazo. Recuerden que 56 kilos empiezan en el kilo numero 1.
BENDICIONES PARA TODOS

miércoles, 26 de octubre de 2011

DE TACOS Y COMIDA MEXICANA


Definitivamente, para mí, no hay mayor placer gastronómico y culinario que aquel que te proporcionan unos buenos tacos. Y es que no hay mejor delicia que el sabor de una buena tortilla, de harina o de maíz, doblada por la mitad con cualquier guiso en medio. A partir de mi profundo amor por la comida mexicana y del actual proceso alimenticio que estoy viviendo les quiero compartir algunas experiencias:
La primera fue en un domingo cualquiera, cerca de las nueve de la mañana, recién despertaba, abría los ojos pero algo no andaba bien, había en mi un sentimiento de culpa, era cruda moral. Y no era para menos, algunas horas antes me había CINCO TACOS DE HARINA Y UN REFRESCO!!! Me sentía mal, muy mal. De pronto varias ideas invadieron mi mente.
1.    Ir a nadar a la alberca olímpica
2.    Comenzar con mis clases de bicicleta
3.    Ir a caminar y luego correr
4.    Todas las anteriores
Aunque parezca gracioso, debo admitir que lo pensé y estuve a punto de elegir la opción cuatro. Puedo definir a la cruda moral como un malestar causado por haber hecho algo que consideramos mal de acuerdo a nuestros principios y a nuestra escala de valores.  Luego de mi crisis existencial y de pensar en ir a nadar, a correr, andar en bici o hacer las tres actividades me di cuenta de lo que estaba sucediendo. Antes de entrar en materia de reflexión, quiero contar otra anécdota.
Recuerdo que ese día llegue tarde al trabajo, más que de costumbre, y por si fuera poco no había tenido tiempo de preparar el almuerzo para la dieta, de tal forma que lleve algo de lechuga con 3 rebanadas de jamón, (debó admitir que ese día la comida no se me antojaba).  Uno de los jefes llegó de muy buen humor y mandó traer tacos para todos, recuerdo que él me dijo:
-¿De cuáles y cuántos vas a querer Chuy?
 -Este… muchas gracias, pero no
-Ándale, yo los invito

Al escucharlo pensé en mi kilo de lechuga con tres rebanadas de jamón, entonces desde lo más profundo de mí ser, una voz exclamó:

-Bueno, dos de cachete y uno de chicarrón prensado

Eran tacos de “Los Pioneros” y a esos nadie se puede resistir pero enseguida de que mi compañero salió rumbo a la taquería, la lucha entre el bien y el mal comenzó dentro de mí:
-El bien: ¿Te vas a comer tres tacos? No vienen en la dieta
-El mal: Te los mereces, te has portado muy bien
-El bien: pero ni siquiera fuiste a nadar en la mañana
-El mal: mañana vas a nadar y nadie se da cuenta
-El bien: el fin de semana te cenaste una hamburguesa

De pronto la voz de mi compañero interrumpió la lucha entre el bien y el mal con un: “Aquí están tus tacos, provecho”. Ahí estaban la orden y mi plato de lechuga con jamón.
¿Qué pretendo al contar estas historias? Desde la vez pasada les contaba que esto no es una dieta, es un estilo de vida. Como ya lo dije antes, no pretendo ser una maquina perfecta de hacer dietas. Soy un ser humano que puede fallar pero lo importante no es la caída sino la capacidad que tenemos para levantarnos y poder reiniciar la dieta con las mismas ganas. El problema es que cuando caemos no nos levantamos y nos permitimos volver a caer. Lo interesante es la actitud que tengamos y que al día siguiente de los tacos tengamos la capacidad de reconocer que lo hicimos pero que nos podemos volver a levantar.
Por lo regular, los fines de semana es cuando me permito darme un gusto, ahora creo firmemente que ninguna comida ni alimento te hace daño si la sabemos combinar de la manera correcta. En esa semana los resultados fueron:
Peso: 122 kilos
Estatura: 177 centímetros
Brazo: 35 centímetros
Cintura: 119 centímetros
Por cierto, si les interesa saber en la primera anécdota ya no fui a nadar, ni a correr ni a enseñarme a andar en bici y en la segunda fue mi decisión comer la lechuga y el jamón, recuerden que es mi decisión lo que puedo y no puedo comer y si me caigo me levanto y sigo caminando
A partir de esta semana comencé a tomar jugos y alimentos laxantes inicier la segunda fase de la dieta, pero ya les ire contando con mas detalle. Muchas gracias a todos por sus comentarios y recuerden en recomendar el blog.
BENDICIONES PARA TODOS.

sábado, 22 de octubre de 2011

UN ESTILO DE VIDA


“Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio y coincidir” A lo largo de mi vida Dios se ha encargado de encontrarme con las personas indicadas, en el lugar y en momento indicado. Primero me puso enfrente de una terapeuta y una nutrióloga, después cuando inicié con este proceso, muchas personas se fueron acercando a mí; de cada una tomé lo que servía y lo que no lo deseché.
Entre todas esas personas, tengo otra compañera de trabajo y digo “otra” por que me la he pasado escribiendo sobre mis compañeras del trabajo. La idea es que un día le platique que estaba a dieta entonces me pidió que le contara sobre lo que podía y no podía comer.
Cuando le platicaba sobre las verduras, la fruta, las carnes, la soya y todos los alimentos que podía ingerir me di cuenta que ella de manera muy natural me daba algún tip sobre como preparar los alimentos y tuvieran mejor presentación de tal forma que me agradaran más. Platiqué con Alejandra sobre la comida vegetariana y como se puede disfrutar una dieta.
El jueves que fui con mi terapeuta, entre en crisis por que me había dado cuenta de que hacia las cosas solo por que las tenía que hacer y había olvidado una parte muy importante: tenia que disfrutarlas. En palabras de mi terapeuta:
-Chuy, eres un robot al que cualquier persona puede llegar, programar y decirle que hacer.
Me sentía mal por que sabía que era cierto, y lo peor del caso era que muy dentro de mí, sabia que mi nueva forma de alimentación iba hacia el mismo destino. Mi dieta se estaba convirtiendo en una acción programada. Cuando le externe esto a mi terapeuta ella me respondió:
-Se trata de lo disfrutes. Chuy, mi vida es una constante dieta.
Entonces vino a mi mente la plática con mi compañera del trabajo. Ella era el modelo a seguir. Ella realmente disfrutaba su alimentación y lo hacia un estilo de vida. Para ella preparar una ensalada, una sopa o un pastel era todo un arte en el cual podía combinar, nutrición, sabor y presentación. Hoy mi reflexión se orienta a que no podemos andar por la vida haciendo dietas, más bien se trata de hacer de esa dieta un estilo de vida.
Un estilo de vida que incluya una buena alimentación y actividad física. Pero no solo la debemos incluir, es de suma importancia la segunda parte: disfrutarla. Consideró que esa es la clave del éxito para lograr el peso ideal. No se trata solo de comerte un kilo de lechuga como vaca, se trata de hacer una ensalada con lechuga, tomate, jamón en cuadritos, aderezo light y toda la imaginación que tú le puedas agregar. No se trata de ir a nadar y darle 20 vueltas a la alberca, se trata de ir y sentir como te mueves debajo del agua, sentir como tus pulmones se llenan de aire o como el agua da un suave masaje a todo tu cuerpo. Se trata de disfrutar la vida y hacer de esto un nuevo estilo de vida.
Entre la crisis de esa semana y la dieta que esta vez, para la hora de la comida, incluía un caldo de verduras además de ensalada verde y algún tipo de carne y por supuesto SIN TORTILA, los resultados fueron los siguientes:
Peso: 125 kilos
Estatura: 177 cm
Brazo: 38 cm
Cintura: 124 cm  
De nuevo cuatro kilos, un centímetro de brazo y tres de cintura. En la siguiente entrada sobre mis crisis del día siguiente a los tacos.

BENDICIONES PARA TODOS.

miércoles, 19 de octubre de 2011

ENTRE FIESTAS Y PASTELES



Ese día llegué muy temprano al trabajo, en la tarde comería con mi familia y yo tenía que llegar a comprar el pastel por el cumpleaños de mi hermana. Gracias a mis excelentes resultados durante la primera dieta la doctora me había permitido comerme una rebanada de pastel, era mi oportunidad de portarme mal con permiso de una profesional y no la iba a desperdiciar por nada del mundo.
Me alegraba que comiéramos en casa, pues en un principio la idea era ir a un restaurante y casualmente las opciones eran puros bufetes, si, de esos a los que uno va a atascarse de comida hasta que siente que ya no puede más, al menos así me había pasado las últimas veces. Pero no se por que razón decidimos comer en casa (gracias Dios) ahí la tentación y mis probabilidades de portarme mal serían menos.
Todo estaba fríamente calculado, tenía cuatro y medio kilos que me motivaban a seguir rigurosamente mi dieta y me podía comer una rebanada de pastel, nada se podía salir de control. Al salir del trabajo llegue a la pastelería y compré un pastel de chocolate Snickers.
La comida iba bien, pude degustar lo que mi mamá preparó y tuve la voluntad de no comer tortilla, refresco, y cosas que en está dieta no podía. Hasta que por fin llegó la hora de mi premio, habían pasado casi 10 días de portarme bien y me merecía una rebanada de pastel.
No se imaginan como disfrute de esa rebanada de pastel, lo malo fue que cuando acabe con ella fue imposible mirar el pastel y pasar mi dedo índice por el betún y llevarlo a mi boca, de nuevo  lo gocé mucho, estaba yo en el éxtasis total cuando la dulce voz de mi madre me interrumpió diciendo:
Hey ya párale, solo te tocaba una rebanada
Debó admitir que el comentario me ofendió y me molestó, sin embargo no le di importancia, todo estaba bajo control. Algo similar sucedió tres días después, para mi suerte mi hermana y mi cuñado cumplen años muy seguido y digo para para mi suerte por que esto implicaba que todo sería al doble: dos festejos, dos pasteles, dos regalos y dos veces darle en la torre a mi dieta. Ahora el festejo incluía carne asada y sucedió algo parecido al festejo de mi hermana, esta vez fue ella quien de repente y enfrente de todos los invitados dijo:
Hey ¿Cuántas tortillas llevas?
Otra ves el mismo comentario, no tengo nada en contra de mi hermana o mi mamá pero ¿Acaso, era necesario que todo mundo se enterara de cuantos tortillas había consumido? ¿A dónde quiero llegar con todo esto? Mi reflexión va dirigida a lo siguiente:
En primer lugar no dudo de los buenos sentimientos de mis familiares hacia mí al preocuparse por que rompa la dieta, sin embargo a veces es muy molesto tener la vista de todos puesta en ti, esperando que seas una maquina perfecta de hacer dieta. Me consideró un ser humano con defectos y virtudes que tiene la capacidad de poder equivocarse.
Entiendo perfectamente que si me como una tortilla a la única persona que le hará daño es a mí. Y que si le meto el dedo al pastel el único perjudicado voy a ser yo. También entiendo la preocupación de mis seres queridos por mi salud; pero… ¿Ellos entienden mis ataques de ansiedad? ¿Ellos comprenden que no soy perfecto y que puedo tropezar? ¿Entiendo qué el único responsable de mi alimentación soy yo? Creo que en las primeras dos semanas de la dieta estoy entendiendo y comprendiendo que esto no es una dieta, más bien es un estilo de vida.
Para no dejarlos con la intriga en la segunda visita con la nutrióloga los resultados fueron:
Peso: 129 kilos
Estatura: 177 cm
Brazo: 39 cm
Cintura: 127 cm
Solo baje dos kilos y medio, aumente un centímetro de brazo y baje tres de cintura. Después de platicarle a la nutrióloga de los festejos de mi hermana y mi cuñado ella me dijo:
Ve y dale gracias a Dios por que bajaste de dos kilos y medio
Muchas gracias por darse un tiempo para leer mis aventuras, en la próxima entrada les platicare más sobre este nuevo estilo de vida y todo lo que me sucede. Espero sus comentarios.
Hoy les dejó un video que vi en la mañana y me parece muy significativo. Y a ti ¿Qué te motiva?





BENDICIONES PARA TODOS

domingo, 16 de octubre de 2011

¿QUIÉN ES EL CULPABLE?

Durante la primera semana seguí la dieta al pie del cañón, mi comportamiento era semejante al de una maquina a la cual hubieran programado para despertar temprano, ir a nadar, desayunar, ir al trabajo, consumir solo los alimentos indicados y sacar de mi régimen alimenticio aquellos que hacían daño.

De un día para otro, pude eliminar cereales, tortillas, pan, sopas, refrescos y todos alimentos indicados por la nutrióloga. Un día en el trabajo le platique a una compañera sobre mi nuevo estilo de vida: terapia y dieta. Ella me dijo:

Chuy me da mucho gusto que estés con una terapeuta y sobre todo que estés tratando tu problema de obesidad. Pero creo que es importante atender el problema desde el fondo, ojala puedas identificar cual es el problema que genera tu sobrepeso y trabajar en eso.

Pasé por alto el comentario de mi compañera, realmente no le di importancia a saber por que me había permitido llegar hasta ese peso. Continué haciendo mi dieta letra por letra y tal como se indicaba. El jueves al regresar a la terapia y luego platicarle o mejor dicho le presumirle y restregarle en la cara que estaba a dieta, al finalizar la sesión ella me dijo:

Que bien que iniciaste una dieta, no esperaba menos de ti. Tú eres un hombre de retos y tienes todas las posibilidades para cumplirlos y superarlos. Sin embargo no se trata solo de ponerte a dieta. Realmente tienes que lograr identificar ¿Cuál es el verdadero motivo de tu sobrepeso?

¿Por qué todo mundo estaba obsesionado con eso? ¿Por qué todo mundo quería encontrar al culpable?¿Qué no era suficiente con hacer la dieta? La respuesta la encontraría más adelante. Mientras tanto yo seguía con mi dieta, consumiendo menos cereales y comiendo más frutas y verduras. Cuando me daba hambre entre comidas la colación era jícama, pepino, una manzana o una naranja.

La nutrióloga me dijo que nos veríamos en 10 días, ósea el miércoles 31 de agosto por que les platico que como buen mexicano no inicie la dieta el sábado que fui a la consulta. Antes de iniciar quería despedirme de los tacos, las hamburguesas y demás comidas que tanto disfrutaba.

A pesar de que inicié la dieta un lunes, la doctora adelantó la cita y nos vimos exactamente una semana después. Al llegar al consultorio me hizo las preguntas de siempre ¿Cómo te sentiste? ¿Cómo te portaste? ¿Qué comiste? ¿Qué no comiste? y entonces el momento esperado:

-Bien, vamos a pesarte... súbete a la báscula

Luego de los nervios y el pánico escénico los primeros resultados de una sola semana fueron los siguientes:

Peso: 131.5 kilos
Estatura: 177 cm
Brazo: 38 cm
Cintura: 130 cm

El poder deshacerme de cuatro kilos y medio, dos centímetros de brazo y cinco de cintura en siete días fueron el estimulo perfecto para continuar con mi dieta, sin embargo aun tenia muchos retos que superar, los más próximos sobrevivir a los cumpleaños de hermana y mi cuñado y el más importante descubrir el origen de mi sobrepeso.

BENDICIONES PARA TODOS

miércoles, 12 de octubre de 2011

LA PRIMERA VISITA

Después de salir con la terapeuta y de darme cuenta de que yo y solamente yo era el único responsable de mí obesidad salí del consultorio directamente a buscar un nutriólogo; eran cerca de las ocho de la noche así que no iba a encontrar mucho. Días después recordé que una amiga iba con una nutrióloga y al parecer estaba obteniendo buenos resultados. La busque le pedí el teléfono, le hablé y saqué una cita para el siguiente día.

Durante el camino al consultorio pensaba ¿En verdad estoy dispuesto a hacer una dieta? ¿Realmente aguantaré el régimen de no comer lo que me gusta? ¿Y si me da hambre? ¿Y los fines de semana como le voy a hacer? ¿Y cuando vaya con mis amigos a cenar tacos? ¿Y si no bajo de peso? ¿Y si mejor no voy a la cita? Y muchas otras preguntas me atormentaban hasta que me dI cuenta que estaba afuera del consultorio.

-Hola, buenos días ¿Jesús?
-Sí

Por lo regular habló mucho pero estaba nervioso. La doctorar me pidió que le platicara sobre mí: le conté que tenía tiempo nadando en las mañanas y que al principio baje algunos kilos pero después m quede estancado. Mi alimentación no la consideraba mala, mi mamá desde niños procuró en mi hermana y en mi el consumo de productos light (leche, mayonesa, aderezos) e integrales (pan y tortilla). Para que tengan una idea, aproximada, mi alimentación consistía en:

Desayuno: plato de cereal o licuado
Almuerzo: 2 sándwiches de jamón con queso en pan integral
Comida: Algún guiso con sopa de arroz y tortillas
Cena: Un sándwich o un plato de cereal

Esto más los antojitos de diario (el refresco, las galletas o el panecito) y los fines de semana (los tacos, hamburguesas) después de la entrevista sucedió lo que menos quería:

-Bien Jesús ahora vamos a medirte y a pesarte

En ese momento quería salir corriendo de ese consultorio para mi eso la peor de las ofensas, pero bueno ya estaba ahí. Luego de pensarle un poco me subí a la bascula y el resultado:

136 KILOS!!! Acompañados de 1.77 metros de altura, 40 cm de brazo y 135 cm de cintura. Esto considerando que tenia tiempo nadando en las mañanas y ya había bajado (según yo) algunos kilos.

La nutrióloga veía mis medidas y mi historia clínica mientras tanto yo quería meter mi cabeza en un pozo me moría de la vergüenza y pensaba "de seguro soy el paciente mas gordo que ha tenido" "no sabe que hacer conmigo" y mil cosas más... de pronto la especialista rompió el silencio y mi eterna lista de reclamos hacia mi y dijo:

Jesús, el problema esta en que consumes muchos cereales. Revisa tu dieta, el cereal, pan, arroz y la tortilla son la base de tu alimentación. Los cereales aportan energía al cuerpo pero su absorción es muy lenta. Tu metabolismo está es muy lento ya que además de los cereales consumes mucha carne y muy pocas frutas y verduras. Entonces con la natación quemas algo de calorías pero el resto se convierte en grasa. Tu primera dieta será sin cereales.

Sabias palabras de la nutrióloga, al parecer había encontrado el problema y me estaba ofreciendo la solución ahora seria cuestión de aplicarme diez días y ver si en realidad tenía razón. En la próxima entrada les contaré sobre la primera semana de dieta, el regreso a la terapia y los primeros resultados...

El tip de esa semana fue: un vaso de agua caliente con el jugo de un limón antes de ir a nadar ayuda a quemar la grasa. Ojo solo un limón por que puede dar gastritis

BENDICIONES PARA TODOS

sábado, 8 de octubre de 2011

EL INICIO

Bienvenidos sean todos a este blog que hoy inicio. Mi nombre es Jesús Salas, originario de Saltillo Coahulia, tengo 26 años, soy licenciado en Comunicación y actualmente estoy cursando una maestría en promoción y desarrollo cultural.

La idea de este espacio es contarles mi experiencia con un problema que afecta a muchas personas: la obesidad. He decidido bautizar a este blog con mi peso con el cual inicie mi tratamiento: 136 KILOS.
Fue en el mes de agosto cuando me decidí a ir con una terapeuta pues me había dado cuenta que algo no andaba bien conmigo. Al finalizar la primera sesión la terapeuta me dio su veredicto:

"En general creo que andas bien, simplemente estas pasando por una crisis; pues estas pasando por una transición de joven a  adulto joven. Solo hay algo en lo que no eres congruente contigo: tu obesidad"

La terapeuta decía que sabía como resolver mis problemas familiares, laborales y espirituales pero no sabia como trabajar con mi sobrepeso y eso era una incongruencia.

Le comente que había hecho dietas e incluso algunas veces había ido al gimnasio o a la natación y su respuesta fue:

"Ni madres, no has hecho nada. Porque si hubieras hecho algo no estarías en el estado en que te encuentras ahora"

Luego de su particular punto de vista me puse a reflexionar ¿Hasta qué punto soy culpable yo de mi obesidad? ¿Qué tanta responsabilidad han tenido mis padres, mis familiares y mis amigos? ¿Por qué me he permitido  llegar hasta aqui? ¿Realmente soy feliz con mi obesidad? ¿Qué tanto influye mi obesidad en mi vida cotidiana?

Salí del consultorio con un firme propósito: ir con un especialista en nutrición y cambiar mi forma de alimentación. Así fue como inició todo esto, en la próxima entrada les contaré sobre mi infancia, la primer visita al doctor y lo que a muchos puede parecer terrible (como a mi) LA DIETA.

BENDICIONES PARA TODOS